Tiembla el murmullo de la cordillera,
enfrascada en el túnel somnoliento,
es el hedor cantábrico, de sudores
enmohecidos, por la brisa sintética
de una huidiza flor de cieno.
Suave fieltro de redondos tonos
donde paran los dioses, traslucidos
entre canciones inconscientes.
De doncellas, flores olvidadas
tiemblan entre tenues sombras.
Empero, tropiezo con la barricada
maloliente del temblor primero.
Inconsciente y suave letargo,
espera el humo añil de la mañana
cubierto de hojarascas sonoras.
Cálido Abril de llamarada rima
que otorgan los diablos, seres
impávidos en el centro mismo
del zaguán tenebroso.
Pensamiento que no expresa
milagro ni desdicha.
SOLO CABE MEJORAR DEL MIEDO ABSOLUTO. DEL ANDAR ENTRE DERRIBOS. DEL VORAZ INCENDIO PERENNE. DEL DESASTRE RUTINARIO. APLACAR LA IRA. DOBLAR LA FRENTE. SORTEAR LAS ASCUAS...
PENETRAR LO IMPENETRABLE. PARA SACAR AL AIRE LAS ENTRAÑAS RENEGRIDAS. LA DURA REALIDAD OMNIPRESENTE. LOS DIARIOS DE SANGRE, LA CARIES ENQUISTADA. EVACUAR EL RENCOR INSTALADO.
SOLO CABE IR PROGRESANDO CUANDO LO PEOR SE HA INSTALADO EN NUESTRA DESPENSA. AL MENOS CAMBIAR EL NEGRO ABSOLUTO POR LO GRIS. CARGAR MOCHILAS DE PIEDRAS YA SIN ARISTAS.
UNA PIZCA DE CORDURA PRIMERIZA. UN SOL SIN RAYOS DE MUERTE. UNA DESAZÓN TRANQUILA ATRAVESANDO UN PUENTE DE CUERDA Y RAMAS; LIGERO EN SU CIMBREAR, AMABLE CON NUESTRO CORAZÓN DESHILACHADO.
EMPEZAR A DERRUIR LO GROTESCO, LIMPIAR LAS CALLES DE HOLLÍN, APUNTALAR LOS RINCONES. FLANQUEAR LAS FACHADAS DE TIERNA CAL, BORDAR LAS INICIALES DE NUESTROS HIJOS SOBRE LOS RESTOS...
MIRAR TÍMIDAMENTE HACIA LA SALIDA EVITANDO LAS LAGRIMAS Y EL MIEDO A VER LA LUZ, TROCEAR EL PAN DE VÍSPERAS Y COMPARTIR LAS SANDALIAS POLVORIENTAS SALTANDO SOBRE EL VACÍO DEL PASADO.
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