Powered By Blogger

jueves, 17 de agosto de 2017

ARTE Y "ARTES".

     El Arte: Giotto, Miguel Ángel, Dalí o Kandinsky; de lo surreal a lo hiperreal, de lo abstracto a lo conceptual; son mil y uno los orígenes, procesos y fines del Arte; miles las teorías sobre Él desde otros tantas miradas: desde el Formalismo, a la más pura filosofía neoplatoniana... sería demasiado extenso especificar el amplio crisol de tendencias, que tanto en el desarrollo de esta actividad como en su teorización se han desplegado a lo largo de los siglos (sobre todo en los dos últimos).
Me interesa, en mayor medida, otro aspecto del arte que no responde a premisa, línea o movimiento alguno.

     Somos hijos de nuestro tiempo (reza en toda teoría culturalista que se precie), pero del mismo modo podemos olvidar nuestro reloj en el bolsillo equivocado; así el tiempo correrá en sentido contrario y el espacio que él describe podrá volverse del revés en un golpe de efecto.
Es sumamente habitual encuadrar al artista en un estilo determinado, atender al contenido de su obra: a su historia, significado simbólico; traducir su sentido social o propagandístico, etc.

     Mas el trazo, el color, la forma al fin y al cabo, es sólo materia combinada en un plano (sabiamente o torpemente, aunque ésto, lógicamente carecerá de sentido), no significa nada si la abstraemos de toda connotación o denotación simbólica. Entonces no sería más fácil contar las cosas al amigo, lo que sentimos, lo que recordamos, soñado o tememos, sin necesidad de la intemediación del color o la línea en el plano, es decir ¿por qué dibujamos? ya que el ¿para qué? no estaría dentro de ese tiempo y espacio transfigurado en el que nos imbuimos al crear.

     En el propio acto de dibujar o pintar; diseñar al fin, existe algo que no aparece en ningún manual o texto sagrado de la Historia del Arte; este "algo" (objeto o sustancia) no puede ser aprehendido, no puede ser diagnosticado ni dirigido; evaluado o experimentado por otro que no sea el mismo artífice.
Qué clase de aventura, comienza en el papel o lienzo en blanco, acabando la mayoría de las ocasiones en un mugriento contenedor de basuras; qué intento de transformar el vacío en otro más lleno de nada.
Qué dolor se esconde tras la línea retorcida del negro más infame, o el rojo somnoliento de la pincelada aguada, a qué tiempo o lugar corresponde esta terrible decisión, la de seguir adelante atravesando el Aqueronte o salir disparado del sillón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario