FLORES

ESAS FLORES QUE CRECEN EN EL MAR, QUE HUNDEN SUS RAÍCES EN EL AIRE, QUE AGARRAN LA SIMIENTE DE LA TIERRA HOSTIL. ESAS FLORES SIN COLOR POR EL SOL GIGANTE DE LOS ATARDECERES TARDÍOS EN MI CIUDAD.


FLORES DE MATORRALES HINCHADOS DE HUMEDADES SILENCIOSAS, CERTERA ALEGRÍA APRISIONADA, FLORES EN ALTARES REVESTIDOS DE OROPELES, FLORES QUE SE DOBLAN ENTRE VARALES, FLORES...

ESAS FLORES ME TRAEN RECUERDOS DE OTRAS VIDAS ENTRE BLANCAS PAREDES, COLOCADAS EN EL QUICIO O EN EL ZAGUÁN, ACICALANDO LAS ESCALERAS O DISPUESTAS A JUGAR A LA RUEDA EN CUALQUIER PATIO.


NO QUEDAN PATIOS DE FLORES DE RUEDA, NI ESCALERAS COMO AQUELLAS OTRAS; NO QUEDA SINO TROPELES DE APARATOS SIN ALMA, BATIBURRILLOS DE EFÍMERA DICHA, MACETAS DE TRISTE MATERIA.

PERO AUN QUEDAN FLORES PARA ALIVIAR NUESTRA SOLEDAD ENTRE MIL GENTES, FLORES QUE NOS MIRAN CON RESIGNACIÓN, FLORES QUE ESPERAN QUE NO OLVIDEMOS EL QUICIO CAÍDO SOBRE EL ZAGUÁN.