Powered By Blogger

martes, 25 de agosto de 2015

PARÉNTESIS.

Ya se frenaron las risas de los niños solos,
se apaciguaron los lamentos mudos del humilde;
las damas se despojan de sus disfraces de oferta
mientras sus dueños ruedan entre bares inventados.

El cristal roto parece hecho de estrellas gigantes,
se aquieta despacio el convulso latir de las oficinas;
el viento arrastra las últimas hojas del mártir diario
al tiempo que se escribe un nuevo amanecer sin sentido..

Las calles y avenidas son oscuros y torpes laberintos,
diminutas ante la falsa promesa de un mañana claro;
las preguntas se esquivan más la verdad se intuye
a través de las gastadas sábanas lúcidas y heladas.

Las máquinas descansan exhaustas y quebradas,
sus amos imploran un sueño blanco de olvido;
leve paréntesis de grandes esperanzas aplazadas
cuando apenas una cansada claridad lo aniquila todo.

El hombre gris aguarda agazapado tras la cortina,
esperando el momento de iniciar de nuevo el vuelo;
los sueños son cegados por luces de antorchas crueles
que asesinan cada día la tregua ante la locura repetida.

Ya se siente el pesado sol sobre nuestra espalda,
caen lentas las penúltimas flores breves y secas;
los parques de atracciones vacíos adelantan el cierre
pensando que, tal vez, la oscuridad perfecta llegue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario